
IMAGEN: Centro de la ciudad, Monterrey, Nuevo León (Getty Images).
Sin contar los grandes brotes de discordia que tuvimos en el siglo diecinueve y durante las primeras cuatros décadas del siglo veinte, los gringos y nosotros nos llevamos más o menos bien. No diría que nos queremos montones, así como hermanos, o ni siquiera como primos, pero sí que nos respetamos y en cierta forma, medio oculta, ambos apreciamos lo que cada lado ofrece.
Espero que nadie se ofenda por usar el término “gringo” al referirme a la gente de los Estados Unidos de América. El uso es políticamente correcto, creo yo, y es el gentilicio que mejor define a las personas de ese país. Otros motes como norteamericano, americano o estadounidense no son exactos, pues todos ellos podrían aplicarse también a nosotros los mexicanos.
Regresando al tema de las buenas relaciones, es importante mencionar que nuestros nexos en un futuro no muy lejano van a seguir estrechándose. Pinta bien ese mañana. Ya les explico porque digo lo que digo.
En lo que se refiere al intercambio comercial, México y Estados Unidos pronto van a convertirse en mejores cuates de lo que ya son. No se trata de ningún secreto de estado o de una suposición, sino de una posibilidad si lo siguiente en realidad ocurre: de acuerdo con los rumores que ya son casi verdades, parece que México va a empezar a remplazar a China en la manufactura de una gran cantidad de productos destinados a la Unión Americana. Tiene sentido eso que se augura. Los centros industriales mexicanos están a un brinco de los Estados Unidos y no en el otro lado del mundo como los de China. Además, similares experiencias en esa rama industrial han comprobado que la mano de obra calificada de nuestro México es de calidad. Y sobre todo, barata. ¿En China? Era barata, pero cada día se encarece.
Por un lado y si es cierto lo que se vaticina, ese auge en las fuentes de trabajo en nuestros pueblos van a implicar los inevitables achaques del crecimiento. Esos son parte del rollo, pero también tienden a presionar al gobierno para que tomen armas en el asunto. Por otro lado, el beneficio de ese auge sería universal (léase, para todos). Más trabajo, más oportunidades, y más recursos monetarios para posiblemente reinvertirlos en la economía. Esa inversión tendría un efecto multiplicador que eventualmente generaría empleos en otras industrias y la creación de otras empresas. También se darían beneficios intangibles como la reducción de los embates del crimen y el aumento de la seguridad ciudadana, debido a posible presión y exigencias foráneas.
Para nosotros los que cruzamos la frontera y nos vinimos a estos lares, la tierra que era nuestra pero ahora es de los gringos, también habría beneficios. Más que todo, se nos apreciaría más y se nos despreciaría menos. Porque así es aquí, a veces nos echan madres los gringos, a pesar de que somos nosotros los que les limpiamos hasta los calzones. También les cuidamos sus niños, les cortamos el césped en sus casas y les preparamos exquisitos platillos en todo tipo de restaurantes empotrados en muchos rincones de esta nación.
¿Por qué nos tratarían mejor? Porque la demanda de mano de obra en México crearía una escasez de la misma en el lado norte de la frontera. Además, debido a ese posible auge económico, es casi seguro que miles y miles, si no millones, de nuestros compatriotas sin residencia legal en los Estados Unidos se regresarían a su terruño.
Todo este rollo podría parecer un sueño, pero de acuerdo con lo que se pronostica y basado en información ya divulgada, eso del traspaso parcial, pero significativo, de la manufactura china a México, es casi un hecho. Digo yo.
AUTOR: Pedro Chávez
Pedro, Coincido con tus ideas y espero que se hagan realidad. Es verdad que los mexicanos nos hemos ganado reconocimiento por la calidad de nuestro trabajo y que la cercanía con EEUU nos beneficia. Gracias por tus ideas positivas!
Lo que quisiera comentar es que estos factores que mencionas se dan por factores externos que no controlamos, para lograr mantenerlos a largo plazo tenemos que involucrarnos en la manera en que se maneja nuestro país, nuestro estado, nuestro municipio, ciudad y colonia.
En México no hemos querido exigir que las personas que se supone elegimos para dirigirnos nos den cuentas de su trabajo. Muchas décadas le tiramos al PRI por su corrupción y hasta cambiamos de partido; el PAN tampoco ha logrado reducirla. Todo el que llega al gobierno olvida que se debe a la ciudadanía, mientras no nos unamos como ciudadanos y exijamos que se cumplan las leyes, ellos seguirán aprovechándose y al final no podremos alcanzar el bienestar que esperamos.
En algunos lugares, como Ciudad Juarez, tienen bastante tiempo tratando de mejorar su calidad de vida y en parte lo han logrado. Tienen una Red de organizaciones que evalúan el trabajo del alcalde y sus funcionarios, con nombre y apellidos sacan cada mes una calificación de su desempeño de acuerdo a indicadores y la difunden al resto de la ciudadanía. Se han topado con amenazas y renuencia de las autoridades a informar, pero han demandado en las cortes y han logrado avanzar poco a poco.
Si hiciéramos esto en mas ciudades del país estaríamos enviando un mensaje claro a todos los que gobiernan en los distintos niveles de que queremos que cumplan su responsabilidad.
Pienso que esto ayudaría a mantener y mejorar la calidad de vida en México. Saludos!
Gracias por tus comentarios Tomás. Estoy de acuerdo, para que el gobierno mejore, la ciudadanía debe involucrase. Saludos.
Gracias Don Pedrito, ojala se hagan realidad estos rumores, así se combatiría gran parte de
de la pobreza que nos aqueja a todos, pero este beneficio llegara a gran parte del País o solo
para la parte norte, ese seria mi duda y por lo demás solo se estabilizaría que México seguirá siendo
una economía emergente pero al menos ya habría mas empleo.
Gracias a ti, María Luisa por tu comentario. Yo creo que el beneficio va a ser para todo México. Nuestro terruño va a cambiar, no cabe duda. Saludos.