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Éste Soy Yo, el que Escribe Estas Tarugadas

By March 9, 2016 May 23rd, 2018 5 Comments

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MIÉRCOLES, MARZO 9 DEL 2016

Cuando estamos más viejitos como que nos gusta andar contando de todo. Eso me pasa a mí. Creo que ya me medio conocen; me llamo Pedro Chávez. Soy el que escribe este blog, The Virtual Columnist. Escogí dicho título para este sitio cibernético porque el plan original era tener un medio para difundir un montón de tarugadas sobre temas más bien de política (de los Estados Unidos), pues no soy de esos que se quedan callados. Me gusta decir las cosas a calzón quitado, como decimos en mi tierra. Originalmente las notas publicadas eran en inglés, para que los gringos las entendieran, pero como nadie me peló, empecé a escribirlas en el idioma de Cervantes. Parece que el cambio fue bueno.

Nací en Mexicali, en el entonces territorio mexicano llamado Baja California Norte. Vine al mundo el 19 de julio de 1946, un año después de que concluyera la Segunda Guerra Mundial. Nací también junto a un barranco atiborrado con aguas negras que mayormente venían de una fábrica de jabón que por años fue conocida como La Jabonera. Soy cachanilla; así nos dicen a nosotros los que somos de por allí. Después les platico más sobre esa planta con cuyo nombre nos han bautizado a todos nosotros los de ese pueblo. También les contaré sobre esa tierra que me vio nacer. Por ahora quiero sólo explicar que mi terruño es un lugar muy bonito, pero en el verano está requete caliente. Los calorones de Mexicali son endemoniados. Ese calor sí que mata. Pero su gente es a todo dar; es de ésa que sabe echar el hombro cuando la situación lo requiere. Hay algo más que tiene Mexicali: buena comida china. Eso dicen propios y extraños.

Me gusta mucho escribir y hacer a la gente reír, pero no soy buen cómico. Casi nadie entiende mis chistes. Tengo mejor suerte con mis escritos. No tiene sentido, pues mi familia está llena de gente payasa. No lo digo por ofender, lo digo porque eso es lo que creo. Mi papá era bueno para contar chistes, aunque los repetía a cada rato. Lo chusco de mi mamá era diferente; ella demostraba lo cómico entre dientes, en sus comentarios. Eran medio inteligentes esos chistes. Casi todos mis hermanos y hermanas al igual tienen chispa de comediantes. Son una bola de payasos.

Tengo mucho que contarles, especialmente anécdotas que incluyen gentes de otros rumbos: colombianos, chilenos, centroamericanos, incluso argentinos. Estuve acantonado en una base de la Zona del Canal de Panamá por casi cuatro años (del 67 al 70, en una academia de las fuerzas aéreas de América Latina). Casi todos esos estudiantes estaban chamacos todavía, pero al igual lo estaba yo, así que váyanse imaginando qué tipos de relatos esperan. Viví en España también, por tres años. Al llegar allí en 1974, ésa era todavía la España de Franco. Todo bien pacífico y calmadito. Poco antes de irme, España era otra cosa, puro “destape”. Las actrices se desnudaban sin excusa alguna. Bonita esa madre patria.

Mi esposa es tica (de Costa Rica). La conocí en Panamá. Se llama Vilma. De pura chiripada ocurrió eso de Pedro y Vilma, así que pronto nos bautizaron como los “Picapiedra”. No me molesta ese apodo. Nos queda bien. Ella está delgadita todavía. Come y come y nada que engorda. Yo estoy medio gordito; con sólo oler la comida aumento de peso (especialmente cuando me llegan los olores de antojitos mexicanos). Claro, hago ejercicio. Todos los días llevo a pasear a nuestro perrito, el que era de nuestra hija, pero que ahora es más bien mío. Se llama Oreo. Es medio enojón, pero generalmente se porta bien. Yo creo que así son los perros chiquitos; son de pocas pulgas. Es una combinación de shih-tzu y poodle. Él es mi amigo. Como decimos nosotros, es mi cuate.

Les quería contar todo esto y un poco más para que me fueran conociendo. Es importante conocernos. Después de todo, yo entro a sus casas con mis escritos. Y cuando a uno lo dejan entrar a las casas de otros, vale más que nos conozcan bien. Para que nos den de comer. Y a la mejor, para que también nos inviten un trago. Aunque no sea tequila. Después de todo, y como decía Lalo González “El Piporro”, yo tengo carburador universal.

Saludos

Pedro Chávez

Frisco, Texas

 

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