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La infame bolsa negra

By December 9, 2018 No Comments

IMAGEN: Miembro de la patrulla fronteriza de los Estados Unidos en busca de inmigrantes.

 

Para los que se quedan atrás, no hay nada más temido que la bolsa negra. La vil bolsa negra. La que sin avisar llega a nuestros consulados en los Estados Unidos, acarreando las desvanecidas esperanzas, los sueños truncados de nuestros paisanos. Lo que quedó al final del camino. Los últimos restos, la última huella de desafortunados valientes que se atrevieron a soñar y arrancar hacia el norte.

Todo atiborrado allí en una vulgar bolsa negra. Vestida de luto, del mismo color, pero sin los rasgos de devoción, sin la razón por cual ser de ese color. Negra como el vestido de las almas en vela que lloran por los suyos; negra como lo desconocido. Negra como la noche, la incertidumbre. Negra, sin embargo, llena de muerte, de lágrimas.

Bolsa de grueso plástico, capaz de aguantar el peso de lo que quedó de un hombre, de una mujer, de un niño. Comúnmente usada para transportar los restos de víctimas de accidentes, de crímenes. De criminales. Pero usada también para acarrear a los que con la vida pagan su desafío de falsas, inaceptables fronteras. De esas demarcaciones geográficas, creadas –ilegalmente–, por el hombre, para separar naciones, separar seres humanos.

Útil y flexible bolsa negra. Práctica, para más fácilmente cargar a los desafortunados cuerpos de aquéllos que no alcanzaron a llegar a la meta. Para más fácil esconder el pútrido olor. Para más fácilmente colocarlos dentro de las camionetas de los agentes de la patrulla fronteriza. Bolsa flexible como las vidas de todas las almas heroicas que nunca se dan por vencidas.

Bolsa con olor a muerte, que con regularidad llega a los consulados a entregar los restos de nuestros hermanos, hermanas, transportando cuerpos que después son transferidos a los aún más temidos ataúdes de pino, los que llegan a nuestros pueblos buscando parientes, derramando lágrimas. Queriendo ligar víctimas con víctimas. A los que se fueron con los que se quedaron atrás.

Vil bolsa negra. Salpicada con huellas de nuestra gente, manchada con sangre paisana, de mexicanos, centroamericanos, de aquéllos que –repletos de esperanzas–, dejaron sus pueblos para buscar un mejor futuro. Transporte pasajero de almas caídas que se atrevieron a cruzar desiertos en pleno verano, frías montañas en duro invierno, ríos colmados con traicioneras corrientes.

Bolsa para los que caen cruzando supercarreteras. Para las víctimas de los coyotes. Los desalmados coyotes. Para los que caen ante las oleadas de violencia, de odio. Para los que caen huyendo de los guardianes de la línea. La línea infame que ilegalmente trata de dividir a nuestra tierra, a nuestro planeta.

Bolsa negra. Vulgar transporte de almas valientes, de aquéllos que se atrevieron a buscar un mejor futuro para sus familias y para ellos mismos. Vil bolsa negra. Llena de muerte, de angustia, de dolor. Que el Señor sea contigo. Y con nosotros.

 

AUTOR: Pedro Chávez